Los Caballeros de Malta
Caballeros y Damas con una misión de asistencia
En el siglo XI los Caballeros de Malta, conocidos entonces como Caballeros Hospitalarios, establecieron en Jerusalén un hospital para atender a los peregrinos de cualquier credo o procedencia. El trabajo de los hospitalarios se hizo célebre, y en 1113 el Papa Pascual II reconoció oficialmente a la comunidad monástica como orden religiosa laica. El Papa identificó al Hospitalario Gerardo como fundador de la orden, con un grupo de monjes – los Profesos – que siguen estando en el corazón de la Orden de Malta en la actualidad.
Con el pasar de los siglos el número de miembros venidos de toda Europa siguió creciendo, lo que contribuyó a reforzar a la Orden durante su presencia en Rodas (1310-1522) y en Malta (1530-1789).
Tradicionalmente, los miembros de la Orden de Malta pertenecían a la aristocracia; hoy en día se hace hincapié en la nobleza de espíritu y comportamiento. Los 13.500 Caballeros y Damas de la Orden de Malta siguen fieles a sus principios inspiradores, resumidos en su lema Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum: testimonio y defensa de la fe y asistencia a los enfermos y los necesitados. Lema que la Orden ha plasmado en la realidad, con sus proyectos humanitarios y de asistencia social en 120 países.
Los miembros deben demostrar dedicación a estos principios y se afilian país por país, a través de los Prioratos y Asociaciones nacionales.
Las tres Clases
Según la Constitución, los miembros de la Orden de Malta se dividen en tres Clases; deben observar un comportamiento ejemplar, conforme a los preceptos y las enseñanzas de la Iglesia católica, y entregarse a las actividades de asistencia de la Orden.
A la Primera Clase pertenecen los Caballeros de Justicia, o Profesos, y los Capellanes Conventuales Profesos, que han profesado los votos de pobreza, castidad y obediencia, y aspiran a la perfección evangélica. Son religiosos según las normas del Derecho Canónico, pero no están obligados a la vida en comunidad.
Los miembros pertenecientes a la Segunda Clase se comprometen a vivir según los principios cristianos y los principios inspiradores de la Orden, en virtud de la Promesa de Obediencia. Se subdividen en tres categorías:
– Caballeros y Damas de Honor y Devoción en Obediencia
– Caballeros y Damas de Gracia y Devoción en Obediencia
– Caballeros y Damas de Gracia Magistral en Obediencia.
La Tercera Clase está constituida por miembros laicos que no profesan votos religiosos, ni la Promesa de Obediencia, pero que viven según los principios de la Iglesia y de la Orden. Se subdividen en siete categorías:
– Caballeros y Damas de Honor y Devoción
– Capellanes Conventuales ad honorem
– Caballeros y Damas de Gracia y Devoción
– Capellanes Magistrales
– Diáconos Magistrales
– Caballeros y Damas de Gracia Magistral
– Donados y Donadas de Devoción.
Puede encontrar aquí la información de contacto de la entidad que opera en su país.