La cruz a ocho puntas
La cruz a ocho puntas, entre historia y espiritualidad
La cruz blanca de ocho puntas, adoptada por la Orden de San Juan de Jerusalén desde su fundación, tiene una larga historia. Su origen es bizantino, remontándose probablemente al siglo VI d. C. Algunos historiadores afirman que fueron los normandos quienes la llevaron hasta Amalfi, en el sur de Italia. Existen monedas que confirman la adopción de la cruz a ocho puntas por parte de la antigua república marinera a partir de 1080.
Resulta por lo tanto natural que hicieran suyo este símbolo los monjes que gestionaban el hospital fundado por los amalfitanos en Jerusalén para atender a los peregrinos llegados a Tierra Santa. Este hospital y el grupo de monjes guiado por Frey Gerardo fueron el origen de la Orden de San Juan. La cruz a ocho puntas pasó a ser conocida como «cruz de San Juan».
Con el final del Reino de Jerusalén, la Orden de San Juan se trasladó primero a Rodas, en 1310, y después, en 1530, a Malta, donde el símbolo que la identificaba desde su fundación pasó a ser llamado «cruz de Malta».
Sus ocho puntas simbolizan las ocho bienaventuranzas teologales según San Mateo, y las ocho virtudes que debe poseer un miembro de la Orden: lealtad, piedad, sinceridad, valor, gloria y honor, desprecio por la muerte, solidaridad para con los pobres y los enfermos, respeto por la Iglesia. Las ocho puntas de la cruz representan también las ocho «Lenguas», o grupos nacionales, de los miembros de la Orden: Auvernia, Provenza, Francia, Aragón, Castilla y Portugal, Italia, Alemania e Inglaterra (con Escocia e Irlanda).
Con el pasar de los siglos, la cruz fue adoptada por numerosas órdenes de caballería e incorporada a los emblemas de regimientos militares y órdenes de inspiración civil.
Son muchos los municipios europeos, entre ellos evidentemente Amalfi, que utilizan la cruz a ocho puntas en sus emblemas, a menudo para subrayar sus vínculos históricos con la Orden de San Juan.
Esta misma cruz aparece en numerosos edificios, iglesias y una infinidad de obras artísticas, en especial en la isla de Malta. Desde el 1 de enero de 2008, también figura en el anverso de las monedas de uno y dos euros acuñadas por la República de Malta.
Además de ser, aún hoy, símbolo de las obras médicas y asistenciales de la Orden de Malta, la cruz blanca a ocho puntas es claramente visible sobre los hábitos ceremoniales conventuales de los Caballeros y las Damas de la Orden en todo el mundo.